¿No tienes ganas de entrenar hoy? Lee este articulo
Hola nombre es Darío Rodríguez, practico varias disciplinas de Artes Marciales (taekwon-do, full-contact, kick-boxing, muay-thai, k-1, defensa personal, boxeo) desde que tenía 4 años de edad de la mano de Manuel Simón en el Club Kick Boxing Ibense.
Tengo 29 años de experiencia en dichas disciplinas, he competido en innumerables ocasiones, he impartido clase a niños y adultos, cursos de Kick-boxing y Defensa Personal Femenina en mi ciudad. Tengo cinto marrón de Kick-Boxing por la Federación Española de Kick-Boxing y Muay-Thai y cinto Azul-rojo de Taekwon-do ITF (international taekwon-do federation) también tengo el título de Instructor de Defensa Personal Femenina por la Federación de Lucha Olímpica de la Comunidad Valenciana.
A la edad de 12 años me diagnosticaron Epilepsia y tuve que dejar las artes marciales a nivel competitivo, pero jamás deje de entrenar.
Ahora mismo estudio para ser cinturón negro y árbitro de Kick-Boxing y próximamente daré clases de Defensa Personal Femenina y Kick-Boxing en mi club de toda la vida. Siempre me he dedicado a las artes marciales, las he enfocado para sanarme, pues padezco un tipo de epilepsia catalogada como “enfermedad rara” y gracias a estas disciplinas he conseguido salvarme literalmente la vida, dado a que en mi enfermedad se padece mucho de estrés, ansiedad, depresión, falta de autoestima, he conseguido salir de mi zona de confort y de la queja, a relacionarme, crecer como persona, y afrontar los problemas desde el respeto y la serenidad.
En mí día a día y en mis clases, lo único que pretendo inculcar, es que todo es posible, las artes marciales poseen el beneficio de sanar cuerpo y mente. Inculcan valores tales como: Respeto, Autocontrol, Cortesía, Integridad, Perseverancia, Autoestima, etc.
No creo en las artes marciales como negocio, aún las concibo como lo que fueron y para mí son, una forma de expresión artística, lo único que mueven mis clases ya sea entrenando o impartiendo, es el hecho de enseñar lo que sé para ayudar a los demás, ya que es mucho lo que han hecho por mi dichas disciplinas. Además de poder mostrar las artes marciales (mi válvula de escape, mi salva vidas, al resto del mudo).
En ocasiones mi enfermedad no me deja entrenar, aun así siempre tengo las puertas del gimnasio abiertas y aprendo observando o escuchando, otras veces es tan grave mi enfermedad que ni siquiera puedo ir solo y tienen que acompañarme pero voy, siempre hay un hombro, un coche, e incluso he recurrido a bastones, pero la opción de rendirse no está en mis planes pues pase lo que pase siempre que cruzo la puerta de mi club mi semblante cambia y mi energía crece. Es difícil de explicar pero hay algo de magia en todo esto.
Me gustaría agradeceros desde mi breve historia el hecho de darme la oportunidad de expresarme y narrar parte de mi vida, agradecer a mis padres por meterme a tan temprana edad en un gimnasio de artes marciales y por supuesto a mi maestro y amigo Manuel Simón por todo lo que me ha enseñado y me queda por aprender, por confiar en mi ni cuando yo confiaba por su amistad, también hacer una mención a mi familia del Club Kick Boxing Ibense por soportarme.
NADA ES IMPOSIBLE!
DEJA UN COMENTARIO